martes, 3 de enero de 2012

Asesinato de calidad - de John Le Carré


Otro seudónimo de gran reconocimiento en el mundo literario es el de John Le Carré, nombre con el que se identifica David Moore Cornwell, reconocido escritor británico, considerado como un especialista en tramas de espionaje; sin embargo en sus inicios escribió novelas policiales, como es el caso de Asesinato de calidad, su segundo libro.

Es también la segunda aparición de Smiley, personaje creado por Le Carré, y que lo acompañará en 4 historias más.

Es una historia sin espías, más detectivesca, basada en la investigación del asesinato de la mujer de un profesor, y enmarcada en el ambiente de los colegios exclusivos ingleses. Con pequeñas dosis de ironía y humor británico. Constituye junto con la anterior, la introducción al ciclo de Smiley, y resulta también algo inmadura y tentativa, en busca aún de la voz narrativa propia, que ya aparece con fuerza en “El espía que surgió del frío”.

George Smiley, protagonista indiscutible de gran parte de la narrativa de Le Carré desde "Llamada para el muerto", solo está haciendo un favor a una vieja amiga, Ailsa Brimley, editora de un pequeño periódico a cuya redacción ha llegado una carta de una lectora en la que afirma que su marido intenta asesinarla.

La carta llega a destino demasiado tarde, pues, en extrañas circunstancias, sin indicios que prueben la existencia de un asesino, Stella Rode, la mujer del ayudante de dirección del distinguido Colegio Crane, ya está muerta. Smiley tendrá que ir a Crane para, como es su costumbre, escuchar, preguntar y meditar para ir desvelando, capa a capa, la compleja red de intrigas y odios que sustenta a uno de los colegios más exclusivos y conservadores de Gran Bretaña.

Stella Rode era piadosa, encantadora y caritativa, parecía absurdo que alguien pudiera querer hacerle daño. Sin embargo, ahí estaba su cadáver para demostrar lo contrario.

Sin renunciar a su condición de agente secreto, George Smiley, el famoso personaje creado por Le Carré, entra esta vez en escena como detective para intentar resolver un crimen tan brutal como inexplicable.

El examen del cadáver demuestra que la joven fue víctima de un brutal asesinato. Pero el examen de la habitación, la casa y los alrededores demuestra, sin ningún género de dudas, que nadie estuvo allí. Y que, por tanto, nadie pudo asesinarla.

Recomendable para los fanáticos de Le Carré

La Décima Sinfonía - de Joseph Gelinek


Hola a todos. Luego de la semana de celebración por fiestas, retomo el blog con la actualización de los libros que terminé de leer, que estoy leyendo y que leeré. Para empezar, les presento La Décima Sinfonía, de autor desconocido. Y digo así porque el nombre que aparece es el seudónimo de un musicólogo español que se le ha dado por escribir thrillers sobre historias vinculadas a la música. Así tenemos sus libros El violinista del diablo, y morir a los 27. Pues vamos con el libro;

Ante todo, Beethoven no escribió esta décima sinfonía. Es resultado de la imaginación del autor, quien logra de alguna manera hacernos sentir que en realidad si existió.

El musicólogo Daniel Paniagua acude a un concierto en el que se interpretara la reconstrucción de una parte de la Décima Sinfonía de Beethoven a cargo del director de orquesta Ronald Thomas. Tras el evento el hombre aparece decapitado y unas notas musicales tatuadas en su cráneo hacen que tanto la policía como la juez encargada del caso soliciten la colaboración de Paniagua para traducir su significado de los signos grabados.

La novela, compuesta por capítulos breves, tiene un protagonismo casi coral, en el que se intercalan los pasajes dedicados a la investigación del asesinato con los que inciden en la búsqueda de la partitura y los que se centran en los posibles sospechosos, con lo que el autor consigue dar agilidad a la historia e informar al lector/a de hechos que no conocen todos los personajes, dándole preferencia en la "investigación" y confiando en su inteligencia y capacidad de deducción en detalles como la búsqueda de Paniagua de la clave para "traducir" el pentagrama tatuado en la cabeza decapitada, que tiene Sophie Luciani, la hija del fallecido.

Es interesante cómo es que el autor incluye capítulos referidos a la vida del gran compositor, de la forma en que llevó su sordera, y sus amoríos con distintas damiselas de la época. Parece ser que cada una de sus composiciones estaba dedicada a su musa de turno, como así lo explicaría para el caso del Claro de Luna. En este aspecto es muy interesante.

Es libro se deja leer y la trama es sostenida a través de los personajes presentados. Recomendable.

 
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