lunes, 28 de febrero de 2011

ALGUIEN VOLÓ SOBRE EL NIDO DEL CUCO - DE KEN KESEY


En este caso, la película fue primero que el libro, y debo decir que ambos son de lo mejor.

La novela de Kesey describe un manicomio donde los repetidos intentos por diagnosticar que los pacientes están locos, se conciben como parte de un plan de mayor alcance para producir unos sujetos maneables y dóciles.

Considerado como un texto clave para el movimiento antipsiquiatría de la década de 1960, aborda la relación entre cordura y demencia, conformidad y rebelión. Toda la novela guarda un delicado equilibrio. Por ejemplo, nunca está claro que el llamado Combine, es en realidad, una autoridad ilimitada destinada a garantizar el control social de toda la población, o una proyección de la imaginación paranoide del narrador Chief Bromden. Igualmente, se plantea, pero nunca se responde del todo, la cuestión de si la locura bien podría ser un estado de salud en un mundo loco; o por lo menos, una forma apropiada de rebelión social.

En el mundo estéril, herméticamente sellado del manicomio, aparece Randall P. McMurphy, un "cowboy" del mundo moderno, con una arrogancia de barraca de feria que altera el buen funcionamiento de la sala y desafía la autoridad casi total de la férrea enfermera Ratched.

En la medida en que los actos de rebeldía de Randall sirven en su mayoría a su propio interés, los esfuerzos de la novela por conseguir la movilización política, no alcanzan su objetivo y queda una sensación incómoda sobre su política racial y de género.

Es necesario el cowboy Randall para salvar al "indio Brombe, y en la era de los derechos civiles y el feminismo, los pacientes hombres y blancos con descritos como víctimas de un matriarcado competentemente respaldado por grupo de subordinados negros. Sin embargo, los impresionantes esfuerzos del autor por llegar a comprender la naturaleza amorfa del poder moderno (un poder que no necesariamente a unos líderes o a unas instituciones) convierten la novela en una obra clarividente y premonitoria.

Si el destino de Randall es el que espera a los que presionan con demasiada fuerza contra el sistema, entonces la cordura de Bromben depende de no hacer la vista gorda a la injusticia y la explotación. 

No es nada fácil que la Academia de Hollywood otorgue cinco Oscar a la misma película ni menos en los rubros principales. Cuando Atrapado sin Salida los ganó, habían pasado más de 30 años desde que un film era merecedor de semejante galardón. Es que este apasionante versión de Milos Forman tiene sobrados méritos para adjudicarse cuatro premios otorgados por el mundo cinematográfico.

El reparto destacado está compuesto por Jack Nicholson en el papel de Randall McMurphy y Louise Fletcher como la enfermera Ratched; secundados por Christopher Lloyd y Danny de Vito entre otros.


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