La novela es divertida, románrtica, fresca y muy bien ambientada en Londres. La película también cubre estas expectativas. Esta vez la vi por TV Cable y me gustó. John Cusack es el protagonista perfecto.
Rob Fleming es un apasionado de la música pop propietario de una tienda de discos en Londres en la que que sólo vende los discos que le gustan. En su tienda trabaja junto a sus dos empleados Dick y Barry, tan inmaduros y obsesionados con la música como él. Los tres se entretienen compitiendo entre ellos para demostrar sus conocimientos musicales, grabando recopilaciones en casette de sus canciones favoritas y haciendo listas de todo lo que les gusta y lo que odian.
A sus casi 36 años, su novia Laura decide abandonarlo a causa de su incapacidad para comprometerse seriamente con algo, dejando a Rob destrozado. Su desesperación aumenta cuando descubre que Laura ha comenzado una relación sentimental con su vecino del piso superior, al que Rob siempre ha odiado.
Después de la ruptura decide ponerse en contacto con sus antiguas novias, descubriendo que la mayoría de ellas guardan un mal recuerdo de él. Pronto Laura siente remordimientos por haber abandonado a Rob, pero éste ha conocido a una guapa cantante.
La acción arranca con Laura, la novia de Rob, marchándose de la casa común. A partir de ahí Rob empieza a pensar... La novela, tras describir la partida de Laura, se centra en una especie de flashback donde Rob nos hace una enumeración de sus novias principales, y de lo que supusieron para él desde su adolescencia hasta ahora.
Observa que todas lo abandonaron. Como si quisiera buscar una explicación a ello, trata de localizar a alguna de ellas para ver en qué se han convertido y tratar de averiguar las razones de su fracaso. Esta búsqueda se intercala con sus conversaciones en la tienda, con sus dos inmaduros empleados, sin novia también, que se refugian en los discos y la música. La irrupción de una cantante americana que le gusta a Rob sirve para mostrar la faceta soñadora de esta clase de adolescentes treintañeros, que buscan la emoción del momento, la fantasía de una pasión que no existe o quizás también la satisfacción del logro de un sueño (ligar con una cantante).
Se podría considerar Alta fidelidad como una novela de personajes, como un retrato generacional de los modernos treintañeros, personas que aun estando casi más cerca de los cuarenta que de los treinta se comportan como adolescentes eternos. Así pues la trama se centra en la descripción de estos treintañeros, especialmente de su fracción masculina, y muy especialmente de Rob, el personaje principal.
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