Me propuse terminar de leer este libro antes del cambio de mando presidencial en el Perú, sobre todo porque como es costumbre en estas épocas, vivimos uno de aquellos escasos momentos de patriotismo concensuado que nos hace apreciar nuestros símbolos, nuestros valores y nuestras historias. Y llevado al análisis, la respuesta es siempre la misma; pues así somos.
Este es un libro hermoso que sugiero lo leamos todos los latinoamericanos y aquellos que quieran entender nuestra cultura. La descripción que hace Montaner en aspectos tan significativos, pero poco estudiados, nos remueve ante la realidad y similitud de nuestros países, y también de nuestras diferencias.
Esta "otra historia", como la llama el autor, busca dar respuesta a un innumerable conjunto de preguntas que están latentes en nuestras conciencias y que nosotros mismos, no queremos responder, tal vez por ese difuso temor a alejarnos de la "cultura occidental":
¿Porqué hablo español?, ¿porqué le rezo a Dios?, ¿porqué la arquitectura de nuestras ciudades tiene determinadas características?. etc.
La presentación del libro es clara.-
"Los latinoamericanos y la Cultura Occidental surgió como un ciclo de conferencias dictado en varias universidades de Estados Unidos, Centro y Sudamérica. Con prosa clara, para no traicionar la vocación didáctica de la obra, el autor desentierra los más profundos y remotos orígenes de la cultura iberoamericana, y describe cómo y por qué nuestras ciudades tienen determinado perfil, o los matices que distinguen nuestra lengua, religión, literatura, arte o sistemas de gobierno. El propósito del libro queda establecido en la oración con que se inicia: “No hay nada más importante para la formación intelectual y moral de cualquier ser humano que tener una idea muy clara de las raíces de la cultura a la que pertenece”.
La estructura del libro es diferente a lo que estamos acostumbrados. En vez de hacer un relato cronológico, examina la influencia de la civilización occidental en la cultura de América Latina, incluido el idioma, la religión, el gobierno, las artes y los deportes, y considera que la cuestión de si la región es, en efecto, una parte del mundo occidental.
En 8 capítulos organizados en 3 secciones, Montaner recorre distintos aspectos de la cultura latinoamericana, no específicos a ningún país, sino comunes a todos, desde México hasta la Patagonia.
Por ejemplo, en el aspecto del desarrollo de nuestras ciudades, escribe: "eso que llamamos colonización de América es, en esencia, un descomunal esfuerzo urbanizador, sólo comparable al de los romanos, precedente, por cierto, con el que es fácil encontrar innumerables parecidos.
Y uno de ellos es la referencia ideal: mientras los romanos una y otra vez desovaba ciudades semejantes o parecidas a Roma en sus incesantes conquistas, los españoles, consciente o inconscientemente, al margen de las recomendaciones ideales de los urbanistas de la época, traían como modelo en su memoria a Sevilla, la bella ciudad andaluza, entonces a la cabeza de España en casi todos los órdenes del saber, y desde la cual se dictaban las directrices que guiaban el proceso de colonización del mundo recién descubierto.
A un ritmo pasmoso, Santo Domingo es fundada en 1494, San Juan de Puerto Rico en 1510, La Habana en 1515, Panamá en 1519, México en 1521, Guatemala en 1524, San Salvador en 1525, Quito en 1534, Lima en 1535, Caracas en 1566, Tegucigalpa en 1579, Santa Fe, en lo que hoy es el estado norteamericano de New Mexico, en 1599.
Este es un libro muy recomendable.
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