Este es un libro relativamente reciente en mi biblioteca. Lo compré en Noviembre del 2010 durante una corta estadía en Buenos Aires por motivos de trabajo, en donde visité la gran librería El Ateneo.
Fui con toda la intención de comprar varios libros, pero al revisar la oferta de la librería, llegué a este libro de Jeffrey Ford, llevado por la presentación de la carátula. Se indicaba con un incert muy amplio que esta novela había ganado el premio Mundial de Fantasía en el año 2,005.
Como estaba con tiempo, decidí mirar un poco el contenido del libro aprovechando que en El Ateneo, en lo que fue el escenario de este teatro, hay una cafetería en la cual te puedes servir un buen café y revisar los libros que quieras. Pues tomando el libro, acompañado de un buen café, no paré de leerlo hasta completar el primer capítulo, para luego comprarlo y enrumbar a mi hotel con el único objetivo de continuar la lectura. Fue todo un flechazo, considerando que realmente esta es casi la única obra de fantasía que me ha envelezado.
El personaje central de la novela es Diego, un joven inmigrante mexicano, que es acogido por un truhán que se autoconsidera como todo un as del timo. Juntos capean con comodidad el temporal de la Gran Depresión, época en que se situa esta historia, estafando a los neoyorquinos pudientes mediante sesiones de espiritismo. Hasta que un acontecimiento imposible lo cambia todo.
Criado por Anthony, un gigantón que les ayuda en sus actividades, en el mundo del circo, acogerá a Diego, un niño, ilegal, amenazado por el hambre, y por la deportación que vagabundeaba por las calles de Nueva York. A modo de Pigmalion intentará procurarle una educación y convertirle en un hombre de provecho, pero a la vez y dotándole de una nueva identidad como santón hindú, le hará su compinche.
Schell es un apasionado de las mariposas, en "el bichario" conviven cientos de especies que son mimadas, cuidadas, y observadas por Schell desde que son orugas, hasta su maravillosa transformación en mariposas.
A lo largo de la novela, se van presentado ante nosotros personajes imposibles, caricaturas, como el hombre que divide su tiempo entre vender zapatos y morder gallinas, o la mujer elástica, o el hombre perro, el falso santón que aleccionó a Diego para que adoptase su papel de iluminado. Todo este desfile de personajes, para mostrar la caricatura de una sociedad anclada en las apariencias, en las formas, incapaz de ahondar en el origen y en el fondo.
En una de sus sesiones de espiritismo, Schell ve la imagen de una niña en una puerta de cristal, que suplica en silencio la ayuda del estafador. A pesar de saber que sus poderes paranormales son una farsa, Schell ofrece sus servicios para ayudar a encontrar a la niña perdida, arrastrando a Diego con él hacia el interior de un complejo laberinto de mortales secretos y terribles experiencias.
En sus investigaciones sobre la desaparición de la pequeña, que poco tienen de sobrenaturales, los protagonistas se irán adentrando en un mundo de conspiraciones, del Ku Kux Klan, de los fanáticos de la pureza de la sangre.
A mí me fascinó. La considero recomendable.
Me ha llamado la atención sobre todo el título, creo que leería el libro solo por curiosidad
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