miércoles, 8 de diciembre de 2010

LA CIUDAD Y LOS PERROS - DE MARIO VARGAS LLOSA


- ! Qué me mira cadete ! - !! ¿ Quiere que le regale una foto mía calato ?!!!
Imperativo el Teniente Gamboa increpa al asustadizo cholo Cava, cuestionando su hombría frente a todo el pelotón formado.  Es que así se trata a Los Perros.

En el argot militar, se les dice Perros a los cadetes de primer año, porque los cadates mayores los hacen pelear entre ellos.
Cada cadete mayor tiene su propio perro que les lustra los zapatos, les tiende la cama, les hacen los mandados y está obligado a soportar todas las órdenes de su "amo".

Esta es parte de la "mistica" militar para "generar disciplina y respeto a los grados superiores" y esta rigurosidad se aplica también en El Colegio Militar Leoncio Prado, en donde Mario Vargas Llosa vivió sus últimos años escolares.

Esta novela autobiográfica es la primera que ganó un premio literario y se ha editado en todo el mundo con ya incontables ediciones.

Y es que el tema es apasionante por la crítica profunda que desde esta época (1963) hacia el autor a los regímines militarizados.

La trama de la novela gira alrededor del robo de las preguntas de un exámen de Química. El culpable era el Cholo Cava, que obedeciendo a la orden de su amo, ingresó a la oficina de los profesores rompiendo una luna.

El suspenso se genera a continuación con todo el proceso de investigación del caso, las promesas de Cava de no delatar  a nadie, la preocupación del Jaguar (lider del centro) de que Cava no hable, la preocupación del Poeta ( MVLL) de enfrentar el dilema de cumplir con delatar al responzable, o mantenerse en la mística del silencio.

El resultado, todo el pelotón queda consignado en cuartel sin salir a visita hasta que aparezca el culpable.
Vienen las crisis y se generan las fisuras de cuerpo cuando Ricardo, desesperado por salir a ver a su Enamorada Teresa, delata al Cholo Cava ante el Teniente Huarina, con lo cual consigue el sospechoso permiso de salida.
Obviamente Cava es expulsado del colegio con la degradación pública ante sus compañeros. Aunque ante el círculo quedó como todo un héroe por no delatar a nadie.
Todas las miradas giran ahora sobre Ricardo quien salió con permiso el fin de semana anterior a la expulsión de Cava.

Al término de una práctica de tiro a campo abierto, todos los cadetes forman para inspección menos uno.
Ricardo no aparece en la fila hasta que es encontrado en el campo de tiro, tumbado boca abajo y con un orificio en la espalda del cual manaba sangre.

Todas las sospecha recaen en El Jaguar, pero no se determina al verdadero responsable. Al final los protagonistas de esta novela habrán experimentado un proceso de deformación en las aulas del colegio militar.  Esta es la escencia de la crítica de MVLL a los excesos de las instituciones castrenses.

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